Ramon Vázquez Martirena, solista
Maximiano Valdés, director titular
Orquesta Sinfónica de Puerto Rico

“Es una obra sincera, no pretenciosa, accesible a la audiencia, no obstante la parte solista demanda un alto nivel técnico de ejecución.

El primer movimiento se desarrolla orgánicamente, como una ‘corriente’. Es fundamentalmente basado en una de las variaciones del bembé, oriundo de la región de Calabar, Nigeria, que llegó al Caribe con la esclavitud negra.

El segundo movimiento es diverso. Comienza con una estética wagneriana que evoluciona hacia eventos rítmico-melódicos conducentes hacia una fusión con elementos del sicá que se manifiestan en superposición en diferentes dimensiones del relieve sonoro, para concluir con el tema principal del bajo eléctrico.

El tercer movimiento se basa en un montuno muy utilizado en el Puerto Rico de la segunda mitad del Siglo XX. Comienza con el bajo eléctrico sólo, seguido de un desarrollo que conduce hacia una cadencia, para concluir con un evento rítmico.

El sentido de música ‘clásica’ se percibe en el pensamiento y la estética en general. Elementos del neo jazz se pueden observar sutilmente en algunas de las frases melódicas del solista. Mientras que variaciones de ritmos tropicales se expresan en diferentes áreas y profundidades de la obra, tanto en el solista como en la orquesta. A pesar de estas características, la obra constituye una unidad.”

– Alfonso Fuentes, compositor